Este bello paraje natural cuenta con amplios espacios abiertos rodeados de verdes praderas y un excelente embalse de aguas que abastece a localidades vecinas.
Cada año, la presa acoge a numerosos amantes de la pesca. La especie más abundante es el lucio, aunque también se pueden capturar algunos ejemplares de trucha. La pesca en este embalse está abierta desde marzo a septiembre. Además, este paraje sirve de refugio para las aves migratorias que por condiciones meteorológicas adversas no pueden sortear la sierra Sálvada.
Además, su espléndido entorno boscoso, compuesto por pinares, robles y arbustos, nos permite disfrutar de una agradable jornada en uno de los entornos naturales más hermosos de Álava.
Quizás lo que más me guste del pantano de Maroño sean sus imágenes indefinidas: el reflejo en su superficie de las faldas y las crestas de la Sierra Salvada, las casas que se esconden entre los verdes montes y los caminos que se abren paso a lo lejos como tímidas grietas.
Este rincón de Álava, poco conocido pero digno de mi admiración, no sólo satisface mi mirada sino que también despierta mi imaginación.
Esta tarde pude disfrutar del pantano en todo su esplendor y sin lugar a dudas este se ha convertido en mi rincón favorito.
Sentada a la orilla contemplé los graciosos saltos de las truchas en el agua y también en el cielo una decena de pájaros con vuelo agitado, anunciaban la tormenta que se asomaba a lo lejos.
No tiene precio asistir en primera fila a los espectáculos que la naturaleza ofrece desinteresadamente.
¿Y ustedes tienen algún rincón favorito? ¿Cuál es? Vamos anímense, que yo ya les conté el mio.
Fuente: http://turismo.euskadi.net
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