Es un hecho absolutamente excepcional que yo salga de paseo sin mi cámara de fotos, desde que llegué a este país, la considero tan importante como mi pasaporte.
Recorrimos 4km en el coche y enseguida nos encontramos con una típica zona recreativa rodeada de verde, con sus bancos de madera y sus típicas parrillas o barbacoas.
Su etimología deviene del euskera: BOLU ( Molino) y de BURU (Cabeza, parte alta o superior) para referirse a la parte alta o superior del molino..
La vegetación es típica de ribera en la zona más próxima al río, donde se destaca como especie más representativa el aliso, acompañado de fresnos y sauces. Estos últimos colonizan las pequeñas islas que van formando los sedimentos arrastrados por el río.
En un agradable paseo por el área llegamos al conjunto monumental de Bolunburu formado por la casa torre, la ermita de Santa Ana (siglo XVI), las ruinas de la ferrería y el molino.
Pasando el puente de madera y por el Kukubidexka (en euskera) o camino del “Kuku” se accede por una senda al “Mirador” desde donde pude obtener casi por casualidad, unas vistas inmejorables.
La verdad que no esperaba ver semejantes postales. Y agradezco a las nuevas tecnologías el poder obtener estas improvisadas fotos con un simple teléfono móvil.
Aquí van las fotos con las mejores vistas desde el "Mirador".
Y si nos adentramos en los laberintos del bosque observaremos infinidad de líquenes, que son utilizados como indicadores biológico de la calidad del aire, debido principalmente a su susceptibilidad ante la presencia de dióxido de azufre en el medio.
Así que ya sabemos que en este bosque se respira aire puro!!
Y como si todo esto fuera poco, al volver a casa me puse a investigar un poco más sobre este maravilloso sitio y para sorpresa mía, me entero que Bolunburu es el yacimiento más importante y el más antiguo testamento de población estable de las Encartaciones (comarca vizcaína donde actualmente vivo).
Bolunburu corresponde a un poblado fortificado de la segunda Edad del Hierro que se cree estuvo habitado entre los siglos III a.C. y I d.C.
La ultima campaña de excavación ha dejado al descubierto un tramo de la muralla defensiva y restos de las viviendas. En su interior se han encontrado los hogares de fuego formados por simples placas de arenisca que tenían en cada casa para cocinar o calentarse en las frías noches.
Aquí les muestro algunas ilustraciones que reconstruyen el sitio y una foto de la última excavación.
La verdad que me he quedado enamorada de este sitio. Definitivamente no hay nada mas lindo que dejarse sorprender por la naturaleza, al menos para todos los que llevamos un naturalista dentro.
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