Vivir en un entorno rodeado de animales es el sueño de cualquier naturalista, y utilizando algunos trucos sencillos podemos lograrlo, tanto si vivimos en el campo como en una ciudad o si disponemos de un jardín o tan sólo de un balcón o el alfeizar de una ventana.
Los comederos para aves
Una de las mejores formas de atraer a las aves es ofrecerles alimento. Para ello lo ideal es instalar uno o varios comederos. Pueden ser un simple tablero rodeado por unos listones que protejan el alimento del viento (conviene dejar unos huecos entre los listones para desaguar el agua de lluvia) y suspendido de un poste o colgado de una rama, o más elaborado, con un techo que lo proteja de la lluvia.
A la hora de situarlo hemos de buscar un lugar desde el cual podamos observar la evolución de las aves sin molestarlas demasiado (cerca de una ventana, por ejemplo) o bien emplear un escondite para ocultarnos y, mucho más importante, desde donde ellas puedan ver con tiempo para huir a un gato u otro depredador que las aceche.
Algunos pájaros, como los carboneros, se sentirán más cómodos haciendo malabarismos mientras picotean la comida suspendida de cestitas colgantes. Podemos así mismo, ensartar cacahuetes de un alambre y colgarlos.
Se puede preparar una especie de papilla con diversos tipos de semillas, migajas de pan, de galletas, restos de queso, copos de maíz y avena y otros restos de comida que se mezclarán con un huevo cocido y se añadirá un poco de agua para mezclarlo bien todo sin que quede muy líquido. Esta papilla se puede pegar a las paredes de media cáscara de coco que ya hayan comido las aves o a un pequeño tiesto u otro recipiente que colgaremos boca abajo. Es conveniente cambiar periódicamente esta mezcla para evitar que se quede rancia, especialmente en verano. Para las aves que no sean capaces de comer colgadas de estos recipientes podemos echar la mezcla directamente sobre el comedero.
Es bastante sencillo lograr que, además de comer, las aves críen a nuestro alrededor. Para ello debemos ofrecerles lugares adecuados para nidificar.
Si ofrecemos alimento al lado de la caja nido, las aves la encontrarán enseguida y tendremos altísimas posibilidades de que aniden dentro.
Es importante no molestar demasiado a las aves que están nidificando. Cuando termina la época de nidificación hay que limpiar la caja. Debemos usar guantes para manipular el nido, pues podría tener pulgas. Podremos ver entonces qué material ha usado cada especie para su construcción y a lo mejor encontrar algún resto de cáscara de huevo o algún huevo que no ha eclosionado y que podremos recoger para nuestro pequeño museo.
También puede suceder que un murciélago utilice la caja como cobijo. Si quieres construir cajas adecuadas para cobijar murciélagos, en lugar de practicar un agujero o un frente abierto, haz una entrada en la parte inferior con forma de media luna horizontal, como en la ilustración.
Plantas para el jardín
Poner cajas nido y comederos para las aves es una buena forma de protegerlas, pero si poseemos un jardín, prestaremos una ayuda más eficaz, no sólo a las aves, sino a otras muchas especies de animales, plantando árboles y arbustos que ofrezcan comida y cobijo. Un seto natural compuesto por la mayor variedad posible de arbustos silvestres con bayas, enredaderas y algún árbol, como un nogal o un guindo, ofrece cobijo, alimento y lugar para criar a millares de animalitos.
Si dejamos una zona del jardín con las hojas secas caídas en otoño, los mirlos y zorzales encontrarán sustento en los insectos y lombrices que se alimentarán de la materia en descomposición.
Algunas de las especies que podemos incluir en nuestro jardín natural son: madreselva, saúco, saúco rojo, cornejo, espino blanco, espino de fuego, rosal silvestre, agracejo, avellano, enebro, cerezo, mundillo, tejo, acebo, haya, girasoles, serval de cazadores. Las flores silvestres aromáticas como los brezos o el romero atraerán insectos, que son la fuente de alimento de otros muchos animales.
Si el jardín es lo suficientemente grande, planta un roble o una encina, un nogal, un castaño o cualquier árbol de los bosques de tu localidad. Los dos últimos crecen más rápido que los primeros, sobre todo el nogal. Plantar árboles autóctonos es la mejor forma de preservar y atraer la fauna local.
Casitas para pájaros:
Comederos para pájaros: